por Dania Virgen GarcíaPeriodista Independiente
2 de Julio del 2010
Derechos Humanos Cuba
Tal vez para Gian Mario Delgado Leonard, de 36 años, residente en La Rosalía, San Miguel del Padrón, hubiera sido mejor no salir de pase de la prisión. Total, sólo le faltaban 22 días para salir en libertad condicional.
El pasado 7 de junio alrededor de las dos de la tarde, Gian Mario conversaba en la acera de su casa, con un vecino, cuando fue brutalmente agredido por el policía Juan Eduardo Carrillo. El policía le gritó que no podía estar parado en su acera y arremetió contra Gian Mario, que no atinó a defenderse. Según vecinos que presenciaron los hechos, Carrillo golpeó a Gian Mario en la cara primero con una manopla y luego con una piedra.
Carrillo es el actual marido de Mirmina González Rodríguez, la administradora de la sede municipal del Partido Comunista, que fue esposa de Gian Mario hasta hace un año y medio. Según Isabel Leonard Hernández, madre de Gian Mario, “por despecho, se juntó con el policía para hacerle la vida un yogurt a mi hijo”. Afirma que Carrillo es “un tipo violento y corrupto, que entra en negocios y tiene instalado el cable en su casa”.
El 21 de octubre del año pasado, Carrillo se llevó preso a Gian Mario y lo denunció por “amenazas”. Refiere su familia que en aquella ocasión, recibió una golpiza en la unidad. Pasó 13 días en el calabozo antes que lo trasladaran a la prisión de Valle Grande a esperar el juicio. Lo condenaron a un año y ocho meses de cárcel, en un proceso, afirma su familia, lleno de irregularidades y con testigos falsos.
En los hechos del pasado 7 de junio, a Gian Mario, luego de la paliza, lo acusaron de desorden público, pero la denuncia no la hizo Juan Eduardo Carrillo, sino un tal Gilberto Manuel Martín Fernández, con carné de identidad 6908050843.
Gian Mario llegó al policlínico con derrame en un ojo y hematomas en la cara y el resto del cuerpo. Cuando su hermana le dijo a un policía con chapa 254 que bajó en el policlínico del carro patrullero 254: “¡Ese fue el que golpeó a mi hermano!”, el agente le contestó: “¿Qué voy a hacer si es un capitán del DTI?”
A Gian Mario lo tuvieron ingresado un día en la Benéfica y de allí lo trasladaron al hospital de la Prisión 1580. Cuando lo visitó el investigador policial Gerardo, le dijo que él, en lugar de Carrillo, lo hubiera golpeado más duro.
La tarde del 7 de junio, la madre de Gian Mario se presentó en la Unidad Policial de San Miguel. El jefe de la unidad le dijo que había conversado con Carrillo por teléfono y este le había asegurado que Gian Mario estaba borracho cuando se produjo la bronca. El oficial le comunicó que el caso había pasado para la Fiscalía Militar.
Las pruebas de sangre practicadas en el policlínico atestiguan que Gian Mario no había bebido una gota de alcohol.
Al día siguiente, la señora se dirigió a la oficina de atención a la ciudadanía de la PNR, donde la atendió con mucha frialdad un oficial que se hizo llamar Ulises. La segunda vez que acudió a dichas oficinas, la atendió la Teniente Clara. La madre no se pudo contener y le espetó: “Dígame que Carrillo no da golpes”.
La madre de Gian Mario ha sido sometida a múltiples presiones. En una ocasión, Carrillo la retuvo durante horas en la 11 unidad hasta que la liberaron pasadas las 11 de la noche. Fue obligada a ir a firmar a la unidad durante dos días seguidos. Una vez le dijeron en una llamada telefónica que si quería que retiraran la denuncia contra su hijo y no lo enviaran a Fiscalía, tenía que pagar 500 pesos. Cuando ella se quejó en la unidad, le dijeron que era una llamada falsa.
Cuando días después la citaron a la unidad, la Teniente Clara y un oficial con grados de mayor, quisieron obligarla a firmar una declaración en contra de su hijo y favorable al policía Carrillo, a lo cual ella se negó. “Pero, compañera, ¿usted no cree en la policía?”, le preguntaron.
Los familiares de Gian Mario afirman que tienen una grabación donde en la unidad policial le preguntan el número de la causa y niegan que esta exista.
Mientras su familia trata de que se haga justicia, Gian Mario Delgado, otra víctima de los abusos de la PNR, permanece en la Prisión 1580, bajo régimen de media seguridad.
