Por Jorge Alberto Liriano Linares, prisionero, desde la prisión Cerámica Roja dicta los textos.

Camagüey, 16 de marzo.― Un adolecente homosexual contagiado con el virus de VIH/Sida, atentó ayer contra su vida aquí en la prisión Cerámica Roja, causándose heridas profundas en el escroto testicular que provocaron una considerable perdida de sangre en el enfermo recluido.

Yosbel Morales Fernández con solo 19 años de edad, fue enviado a prisión después de ser condenado a 3 años de privación de libertad, luego que el sistema judicial le aplicara la Ley del Peligro por el simple hecho de negarse a trabajar con el estado en su municipio de residencia en la localidad de Vertiente, Camagüey.

Asegura el enfermo haber adquirido la mortal enfermedad ante de su ingreso a la prisión. Se siente condenado a muerte doblemente, después de pasar un año de injusto e incriminatorio encierro donde ha sido sometido a crueles torturas en las celdas de castigo, reiteradas golpizas y todo tipo de vejámenes a su dignidad.

Yosbel, un adolecente cubano que con sus 19 años de vida, que apenas comienza a vivir ya busca la muerte. Desesperanzado y sin ilusiones futuras en múltiples ocasiones a intentado suicidarse y acude a la autoagresión en respuesta al contante estrés en que el vive y la total depresión.

Producto a sus penurias y vicisitudes las cuales comparte con otros tres enfermos, también de SIDA en una celda colectiva en el ala norte de esta prisión donde el hacinamiento, la promiscuidad, y la violencia aparejado a la degradación de las condiciones sanitarias la falta de agua potable, iluminación, la pésima asistencia medica y la ausencia a una alimentación acorde a su estado de salud atenta contra los requerimientos especializado de los prisioneros enfermo.

Para las autoridades penitenciarias, las altas esferas de la salud pública cubana y el Ministerio del Interior, el sutil y premeditado asesinato que se lleva a cabo contra estos presos enfermos en la prisión Cerámica Roja ya traspasa los límites de la atrocidad criminal.

Después de un año sin conceder una solución para el internamiento en un centro especializado para estos pacientes de SIDA, estos seres humanos imploran se les conceda el derecho a la vida como el más elemental de todos los Derechos Humanos.